La Chacra ‘Santa Ana’, en San Vicente, Pcia. de Bs.As., resulta para la familia Oliver el lugar de expansión y reparación del espíritu familiar.
Con moderadas invitaciones por años a sus amistades en Buenos Aires, por la enfermedad de la madre, ese espacio resulta ‘un otro edén, un semi-paraíso’, sitio de distensión y naturaleza.
Allí van a ir a lo largo de diecisiete años a pasar sus veranos y fines de semana. Es el escenario ideal para gran parte de las fotos de Josefina y de sus escenificaciones.
Cuando deciden en 1910 irse a vivir a Palma de Mallorca, España, la alquilan. Los inquilinos la dejan totalmente descuidada, y en 1931 las dos hermanas deciden venderla.
Hoy forma parte de un barrio de Domselaar, provincia de Buenos Aires.